8/12/06

Tarantino y la perfecta imperfección (II)

Retomando lo dicho anteriormente, pensadlo bien. El miedo me entró ya en Kill Bill, donde QT dio lugar a un despliegue de medios insólito en un Quentin que nos había enamorado con sus localizaciones y presupuestos ''nouvellevagueros'' (formalidad: para mí eso también simboliza el concepto de cine independiente, diferenciándolo de esas superproducciones hollywoodienses donde encajaría Kill Bill por forma, no por contenido). Este derroche sin sentido, ya que las pelis a las que estaba homenajeando contaban siempre con presupuestos bastante ajustados, junto con ese avance en el aspecto técnico me hicieron entonar el ''Houston, tenemos un problema'' junto con el ''fue bonito mientras duró''. Luego, al ver que solo cambiaba la apariencia y el interior permanecía intacto (el interior es lo que cuenta, hoy no lloverá porque llovió ayer, el tamaño no importa... ¿falacias? Sí, pero no en este caso) expiré aliviado. Quedaba Tarantino para rato.

¿Grindhouse? ¿El proyecto de los ''hermanos''? Tengo ganas de verla, aunque tampoco la espero con ferviente expectación porque, realmente, ¿qué queda por hacer en el género del miedo? Los asiáticos nos dan tanto miedo con sus películas como con la taquilla que hacen sus remakes americanos. Personalmente, a mí los chinos me acojonaban desde antes de saber que también hacían pelis de miedo, así que, ¿qué queda? ''Guiños a los clásicos''. Me encantaría ir al cine y encontrarme con una versión gamberra y retorcida de Vanishing Point con homenajes a grandes como Darío Argento o George Romero (no, no es que se me haya olvidado la ''A.'' de Romero, es que estoy hasta los cojones de ella). Espero no estar muy equivocado con el resultado.
En la tercera parte de este ''discursillo'' hablaré detenidamente de la mala espina que me da Kill Bill.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí que es cierto. Y aprovecho para comentar algo del primer post: A Tarantino sólo podría ensombrecerle el monstruo mediático que ha creado.

En sus films, siempre ha sabido distanciarse de quién es él ahora -alguien a quien difícilmente le dirá "No" cualquier gerifalte del cine-. La prueba, como bien dices, fue Jackie Brown, su film más maduro.

Sin embargo, en Kill Bill demostró que tiene controlada a la bestia. Y creó un divertimento, una montaña rusa de metaficción, con momentos cargados de sentidos ocultos: para mí Bill podría considerarse -no digo que sea así, pero se podría ahondar en este punto a ver qué sale- una metáfora del propio Tarantino: Al fin y al cabo, las chicas y Bud son sus obras.

Por ello creo que Grind House continuará esta linea de divertimento, como remarcas, cargados de homenajes.

Sin embargo, será en Inglorius Bastards, si se llega a rodar, donde QT demostrará si es o no uno de los directores más coherentes e inteligentes de la Historia.

No puedo esperar a saber por qué te daba mala espina Kill Bill!!!!

offtopicGeniales los contenidos de tu blog. Me encanta esa mezcla de ficción y ensayo.

saludos!!!