27/6/08

Fumeteo

Al principio, al igual que en momentos puntuales más adelante, te paras a degustar cada calada y te recreas en el humo de la sofisticación como si la prisa hubiera muerto ayer y tú, con los ojos entrecerrados, apoyado en una farola en la calle o desparramado en un sillón, piensas el momento hasta que se te clava en la memoria, esto es vida.

Pero, con el tiempo, fumar se convierte en algo casi tan involuntario como respirar, tan normal que pierde lo que hacía que te gustara. Por eso nadie tiene que sentirse culpable si el mechero con el que encendía sus cigarrillos deja de hacerlo y tiene que coger otro que funcione, lo estúpido sería pedir mechero cuando el que tienes aún te sirve, aunque la mayoría de mecheros vuelven a funcionar con un par de hostias que les des. Otra cosa es ''dejar el fumare''.

Ejemplos de todo esto que estoy diciendo y de otras muchas cosas son las canciones Chelsea Hotel no2, Dance me to the end of love y, aquí, Take this longing:
Algunos hombres han amado
los cascabeles que ataste a las riendas
y todos los que te han deseado
encontraron lo que por siempre querrán otra vez.
Tu belleza perdida para ti,
igual que la perdieron ellos.
Llévate la nostalgia de mi lengua
sin importar lo inútiles que han sido mis manos,
déjame ver tu belleza derruida
como dejarías a aquel que amas.
Tu cuerpo, como un faro,
revela mi pobreza,
quisiera probar tu caridad
hasta que grites “ahora debes probar mi avaricia”.
Y todo lo que existe depende
de lo cerca que duermas de mí.
Llévate sólo la nostalgia de mi lengua
sin importar lo solitarias que han sido mis manos,
déjame ver tu belleza derruida
como harías por aquel que amas.
Hambriento como un arco
por el que han pasado las tropas,
me quedo en ruinas tras de ti,
con tu ropa de invierno, tus sandalias rotas.
Me gustaría verte desnuda allí,
sobretodo por detrás.
Llévate la nostalgia de mi lengua,
con todo lo inútil que han hecho mis manos,
desabróchate por mí tu vestido alquilado
como lo harías por aquel que amas.
Eres fiel al mejor hombre,
pero me temo que se fue,
así que déjame juzgar tu historia de amor
en este mismo cuarto en el que he sentenciado
la mía a muerte.
Incluso llevaré estas viejas hojas de laurel
que se sacudió de la cabeza.
Toma este anhelo de mi lengua,
con todo lo inútil de mis manos,
déjame ver tu belleza rota
como lo harías por alguien a quien amas.
No me fiaría mucho de la traducción, mejor será ver la letra en inglés.

No hay comentarios: