- Estás triste.
- Es normal, estamos en otoño.
Conversaciones con el mar. Siempre tiene algo que decirte, acelera tu pensamiento en esos momentos de reflexión tranquila mirándolo de frente, pero la época para disfrutarlo es la gris: otoño, invierno... el verano lo banaliza llenando tu alrededor de gente al sol, le roba su parte trascendental, gente que se interpone, sus gritos apagan el susurro de las olas y no te llega ni la mitad de su mensaje, es una lástima. El mejor momento del mar es el de la playa desierta y fría, se adueña de ella, se hace el centro de atención, el viento y la arena no pueden con él. Y su baile suave te hipnotiza y te despierta cuando se vuelve hacia el cielo embravecido y de ahí a la calma si esperas a solas. Es cierto que sueñas con el mar en el puerto o cuando invade las cuevas de los acantilados y se le cambia la voz, como al mar de la noche más oscura. Qué distinto es siempre, parece presa de ese miedo a que algo dicte tu cambio y se reivindica con rebeldía recordándose que él es su único dueño y que su destino lo marcan sus olas, sin ver que su madre vela por él y lo mueve en la dirección que le parece oportuna. Tú, el mar y la Luna.
Estuve hablando con unos amigos hace poco sobre las mejores series y hasta entonces no me di cuenta (no me había parado a pensarlo) de que mi ranking era: Studio 60 la primera indiscutiblemente, Californication, In treatment, Lost y Weeds. Se dijeron más, pero la distancia entre el resto y éstas era abismal desde mi punto de vista, sobretodo con Studio 60, qué joya, suelo verla una y otra vez a menudo, solo tiene una temporada, pero me apetece volver a ver sus episodios cada dos por tres. Me encanta.
Aviso: sí, al final del post, ¿que por qué? Porque soy el chulerías. Escribo con motivo de la promoción de mi nueva película, ‘Analjessica (o cómo meterla por Detroit sin que salga el churro empanao)’, las aventuras de una doctora de trastienda asequible. El rodaje fue, como en la mayoría de pelis, inevitable. Todos aprendimos un par de cosas, deseadme suerte con mi mujer.
- Es normal, estamos en otoño.
Conversaciones con el mar. Siempre tiene algo que decirte, acelera tu pensamiento en esos momentos de reflexión tranquila mirándolo de frente, pero la época para disfrutarlo es la gris: otoño, invierno... el verano lo banaliza llenando tu alrededor de gente al sol, le roba su parte trascendental, gente que se interpone, sus gritos apagan el susurro de las olas y no te llega ni la mitad de su mensaje, es una lástima. El mejor momento del mar es el de la playa desierta y fría, se adueña de ella, se hace el centro de atención, el viento y la arena no pueden con él. Y su baile suave te hipnotiza y te despierta cuando se vuelve hacia el cielo embravecido y de ahí a la calma si esperas a solas. Es cierto que sueñas con el mar en el puerto o cuando invade las cuevas de los acantilados y se le cambia la voz, como al mar de la noche más oscura. Qué distinto es siempre, parece presa de ese miedo a que algo dicte tu cambio y se reivindica con rebeldía recordándose que él es su único dueño y que su destino lo marcan sus olas, sin ver que su madre vela por él y lo mueve en la dirección que le parece oportuna. Tú, el mar y la Luna.
Estuve hablando con unos amigos hace poco sobre las mejores series y hasta entonces no me di cuenta (no me había parado a pensarlo) de que mi ranking era: Studio 60 la primera indiscutiblemente, Californication, In treatment, Lost y Weeds. Se dijeron más, pero la distancia entre el resto y éstas era abismal desde mi punto de vista, sobretodo con Studio 60, qué joya, suelo verla una y otra vez a menudo, solo tiene una temporada, pero me apetece volver a ver sus episodios cada dos por tres. Me encanta.
Aviso: sí, al final del post, ¿que por qué? Porque soy el chulerías. Escribo con motivo de la promoción de mi nueva película, ‘Analjessica (o cómo meterla por Detroit sin que salga el churro empanao)’, las aventuras de una doctora de trastienda asequible. El rodaje fue, como en la mayoría de pelis, inevitable. Todos aprendimos un par de cosas, deseadme suerte con mi mujer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario