20/3/10

Si los libros de Historia no existieran

Nunca he tenido miedo a mirar atrás. Si los libros de Historia no existieran y todos nos negáramos a recordar nos veríamos condenados a repetir los mismos errores una y otra vez sin aprender, corregir ni mejorar nada. Mirar atrás a veces resulta doloroso o un favor difícil de conceder, pero todo lo que ha pasado da sentido de alguna forma, directa o indirecta, a lo que ocurre ahora, a quien eres ahora y tal vez a quien termines siendo.
Me gusta la expresión ''llegar a ser yo mismo'' y con ella me refiero a que aún no somos nosotros, no estamos absolutamente formados, tenemos defectos por pulir y cosas que no coinciden con quien nos habla desde el fondo de nosotros mismos; sería decepcionante como poco encontrar que dentro de 20 años voy a seguir siendo y pensando igual que ahora, espero haber evolucionado bastante. Cuando se dice que tal persona en el fondo es buera persona no se está diciendo gran cosa, todo el mundo es buena persona en el fondo y no por eso dejan de hacer cosas propias de malas personas. Mi trabajo es acercar mi fondo a mi superficie hasta que no haya distancia entre un lugar y el otro y eso pasa por abandonar cualquier tipo de prejuicio, tratar a mi entorno como me gustaría ser tratado, no esconder lo que pienso o siento, no pagar algo malo que me haya ocurrido con la persona de al lado ni con nadie, sino comprender la situación hasta asimilarla como algo circunstancial y pensar en cómo solucionarla y muchos más aspectos en los que me he esforzado para sentirme mejor conmigo mismo, porque es así como uno se siente mejor con uno mismo y hace a los demás más felices.

Recuerdo que alguien me habló de las chicas rubias cacareando ese viejo prejuicio sobre su estupidez porque una rubia no estuvo atenta a lo que le estaba ocurriendo de forma que no evitó acabar mal cuando podía haberlo evitado fácilmente y tuve que frenarle diciendo que no hay que confundir inteligencia y mezquindad. La mujer que manipula no es más inteligente que la que no se entera de algo, sea rubia o morena, simplemente tiene un conflicto de inseguridad consigo misma que le hace estar más atenta a su alrededor y forzar las cosas para que salgan de esa forma manipulada y artificial por miedo a que no salgan de forma natural, eso no es ser más inteligente.

Hoy he estado en El Corte Inglés y he visto camisetas a 40€ (¿mamá, qué es la crisis?) y no he tenido que subirme a un pedestal para llamar la atención: la mayoría de dependientas que estaban trabajando allí me miraban como si quisieran que me alejara de ellas lo máximo posible y eso me ha dado qué pensar. Crearon una situación incómoda, yo sentía que tenía que irme de allí y no sabía por qué, me miraban como a un ladrón, como si les hubiera hecho algo y no lo he comprendido. Volví a mirarlas para comprobar si eran imaginaciones mías, pero estaban realmente incómodas con mi presencia y nunca han entablado conversación conmigo, así que supongo que ha sido cosa de la apariencia estética. ¿Tanto se deja llevar la gente por eso? Estoy acostumbrado a que me miren, pero hacía tiempo que no me hacían sentir tan fuera de lugar y comprendí que, en realidad, es mejor que las personas que le dan tanta importancia a algo así ni siquiera se acerquen a hablar conmigo porque no tengo nada que decirles y me alegro aún más de haber conocido a las personas que se han acercado a hablar conmigo porque han sabido darle al tema estético poca importancia o no han juzgado sin conocerme, nadie se ha arrepentido de acercárseme una vez me han conocido, así que la gente que no merece la pena se va sola, sin molestarme, sin hacerme perder el tiempo y eso se lo debo a mi aspecto físico.

No hay comentarios: