Me hubiera gustado escribir el NO-DO, al menos la primera mitad. Estaba pensando en qué palabras me gustaría oír salir de aquella voz tan varonil pero fascista, para las fechas primaverales sería algo como:
Ya se acerca la Semana Santa, ya dejamos atrás la cuesta de Enero y la de Febrero. Ya quedan lejos las navidades, el niño Dios se ha hecho todo un hombre para que podamos matarlo de nuevo. Es como el malo, siempre vuelve y por las mismas fechas, coincidiendo con la peli. Lo sutil sería que estuvieran todos a pulso cambiado y en las pelis se contara lo que les hizo el malo y cómo se deshicieron de él en un ambiente de sosiego de sofá, de calor salmantino, de viejos tiravidas observando cómo crece la city sin acción en cámara. Muy hablada la cosa. ¿Qué pensaríais vosotros de algo semejante? Debería apuntarlo para cuando mi hijo me pida temas para hacer encuestas, que siempre me quedo en blanco y éste es bueno (el señor del NO-DO divaga en medio de un NO-DO revelando su trasnocheo, ese hombre tiene una vida y quiere ser familia) ¡Pero qué eterno retorno, mujer! ¡Y qué deleite por las calles, capirotes y sardanas, mucha juventud y color! ¡Todo son besos, abrazos y arremetidas dóciles a contrapié! ¡La fiesta y la alegría corren como la sangre en la matanza sistemática de enemigos de nuestro régimen, aquellos que intentan hacernos lo que nosotros le hicimos a, por aquel entonces, el niño Dios! Vuelve la primavera y con ella la felicidad a los campos, mamá natura. En esta época los españoles más avispados se permiten un chapuzón, augurio de la temporada estival. Las escapadas serán monitorizadas por los nuevos detectores de tráfico, capaces de fulminar a quien no sepa llevar una velocidad constante, sea cual sea. En el ámbito exterior, la campaña en Marruecos sigue brindando titulares para el recuerdo, como las recientes declaraciones del teniente coronel Nicolás Ortego, diciendo: ''Hay que disparar más, que las estamos sacando todas bajo palos. Nada más llegar a la próxima ciudad disparad hasta que sangre el pan'' Duerme, nena. FIN
Ya se acerca la Semana Santa, ya dejamos atrás la cuesta de Enero y la de Febrero. Ya quedan lejos las navidades, el niño Dios se ha hecho todo un hombre para que podamos matarlo de nuevo. Es como el malo, siempre vuelve y por las mismas fechas, coincidiendo con la peli. Lo sutil sería que estuvieran todos a pulso cambiado y en las pelis se contara lo que les hizo el malo y cómo se deshicieron de él en un ambiente de sosiego de sofá, de calor salmantino, de viejos tiravidas observando cómo crece la city sin acción en cámara. Muy hablada la cosa. ¿Qué pensaríais vosotros de algo semejante? Debería apuntarlo para cuando mi hijo me pida temas para hacer encuestas, que siempre me quedo en blanco y éste es bueno (el señor del NO-DO divaga en medio de un NO-DO revelando su trasnocheo, ese hombre tiene una vida y quiere ser familia) ¡Pero qué eterno retorno, mujer! ¡Y qué deleite por las calles, capirotes y sardanas, mucha juventud y color! ¡Todo son besos, abrazos y arremetidas dóciles a contrapié! ¡La fiesta y la alegría corren como la sangre en la matanza sistemática de enemigos de nuestro régimen, aquellos que intentan hacernos lo que nosotros le hicimos a, por aquel entonces, el niño Dios! Vuelve la primavera y con ella la felicidad a los campos, mamá natura. En esta época los españoles más avispados se permiten un chapuzón, augurio de la temporada estival. Las escapadas serán monitorizadas por los nuevos detectores de tráfico, capaces de fulminar a quien no sepa llevar una velocidad constante, sea cual sea. En el ámbito exterior, la campaña en Marruecos sigue brindando titulares para el recuerdo, como las recientes declaraciones del teniente coronel Nicolás Ortego, diciendo: ''Hay que disparar más, que las estamos sacando todas bajo palos. Nada más llegar a la próxima ciudad disparad hasta que sangre el pan'' Duerme, nena. FIN
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