-¡Artista, despierte, que son ya las cinco!- decía un hombre con un niño al lado mientras golpeaba la puerta de una vieja peluquería.
-¿Por qué llama artista a un peluquero?- le dije tras acercarme.
-Porque lo suyo es el arte de cortar el pelo.
-Obvio.- yo.
-Ya ves.-él.
Aquel hombre tenía razón, cortar el pelo era un arte. Sin embargo, yo andaba descreído de que el Arte fuese cualquier técnica. Es más, aunque guitarras sea el plural de guitarra, las artes no son el plural de Arte, como tampoco relojes lo son de Tiempo.
Sin embargo, aunque no se reduzca a la simple suma de las artes, tampoco podemos dar al Arte un valor como si fuese una cosa única. Si sólo hubiese un Arte, no valdría nada el artista, porque el Arte estaría establecido, y éstos serían no más que esclavos obedientes que se encargarían de enlazar los eslabones de una cadena ya definida.
Por tanto, si negamos que el Arte es uno, nos queda que es igual escribir el Aleph que cortar el pelo. De ahí, que el Arte radique en hacerlo enseñando lo de siempre, o lo nuevo, en enseñarlo de manera rutinaria o hacerlo de manera novedosa.
Quizás así nos quedemos sin la –equivocada- figura del artista como un genial y libre; pero nos habremos deshecho de una abstracción dictadora y elitista, y, quizás, seamos más libres.
2 comentarios:
Macho, te aviso a ti en primicia, pásate por mi blog a la de YA!!
Creo que vas a disfrutar con lo que hay.
Saludos!!!
El arte es algo que como bien dices, si se estableciera perderia su libertad, pero tambien te digo, que peluquer@s artistas... hay pocos.
Como me corto yo el pelo... no me lo corta nadie!
PD: Por unos peluquer@s con ARTE!!!
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