5/8/09

Gracias.

A veces parece que se divierte golpeándome donde más me duele y que finge no darse cuenta, que antes de hacer algo se asegura de que es lo contrario a lo que haría yo, que contradice mis gustos o mis posibles consejos. Tiene una idea de mí que ya no corresponde, si es que correspondió alguna vez, con quien soy en realidad. Ha dejado bastante claro que le da igual lo que me pase, me fuerza hasta extremos inimaginables y lo hace solo para demostrarse capaz de destrozarme con un gesto, una frase, un pretendido silencio... cada vez que me dirige la palabra me pongo a temblar porque puede devastarme cuando quiera... siempre encuentra la forma de dejarme cada vez más hundido. Es un puñetazo en el estómago que me deja una piedra ardiendo dentro. Tengo verdadero miedo, no puedo seguir viviendo así. No sé qué quiere de mí, atrae mi atención y me menosprecia para darme una palmadita en la espalda acto seguido, para no tomarme en serio, para darme largas como a los tontos, para tratarme como a un niño con muchas jodiuras o como a un loco, para hacerme sentir totalmente insignificante, invisible, como un cero a la izquierda... donde había fascinación ahora hay condescendencia... yo no puedo seguir jugando a su juego.

Y mi cobardía me asombra, no me explico cómo puedo seguir vivo. Cuando consigo dormir sueño que no me vuelvo a despertar y aquello me sabe más dulce que nada en este mundo. No sé si suena tan triste como es. Estoy aterrorizado, me ha amargado la vida. Y no me quedan fuerzas.

He sufrido por mis creencias, por mi opinión sobre la vida o sobre cualquier tema, por mi forma de ser, por mis convicciones sobre cosas que me definen a todos los niveles y que nunca fueron ni un secreto ni una sorpresa... ya no tengo ningún tipo de confianza en mí mismo porque también he sido ridiculizado y rechazado por ser yo mismo. Antes no podía parar de hablar en público, era el centro de atención y siempre estaba soltando tonterías que hacían que la gente sonriera, ahora me siento en una esquina a escuchar a hablar a los demás porque no me siento capaz de entretenerles hablando. Y ya se ha hablado todo, ya se me ha aclarado que no voy a conseguir lo único que quiero en esta vida aunque lo intente con todas mis fuerzas. Cuando te aclaran eso no sabes qué hacer, no sabes por qué sigues vivo. No sirvo para engañarme a mí mismo con el resto de cosas en esta vida, el triunfo profesional no es nada, te dediques al mundo de las finanzas, al mundo del espectáculo o al mundo de lo que sea. Las drogas, la automedicación, escribir, llorar, ayudar a los demás, mantenerme ocupado para no pensar, conocer gente... y tantas otras cosas que intenté. Y, siendo sincero conmigo mismo, tengo que admitir que nada de eso me ha ayudado demasiado. A solas conmigo mismo tengo que admitirme que nada sirve y eso es triste.

No hay comentarios: