Ella no ha leído nada que yo haya escrito, de hecho no sabe que escribo. Nunca me ha visto escribir ni me ha oído cantar ni tocar ni nada y aún así, cuando me ve, viene corriendo hacia mí con una sonrisa contagiosa. Está loca y su sentido del humor es genial, muy excéntrico y nervioso. Es extremadamente introvertida aunque es muy simpática, es enclenque y un poco bajita, tiene unas gafas finas que le dan un aire intelectual muy sensual, es despistada y muy selectiva a la hora de hablar con los demás, es difícil caerle bien y es muy tímida, muy callada. Estar cerca de ella me cambia la voz, nunca me había oído ese tono y puede estar hablándome un profesor, un amigo, mi padre o mi hermana, que estoy tan embelesado mirándola que no hago caso a nada y voy a donde se encuentre ella. Cuando entra en el lugar donde estoy mi percepción sobre el lugar y sobre la situación cambian, es como si fuera pintando con su color todos los sitios por donde pasa y cuando se va todo se vuelve triste y gris. Verla es tirarme todo ese día volando feliz, pensando que todo ha merecido la pena aunque me hayan pasado las mil putadas y el día que no la veo cuando creía que la vería me siento especialmente jodido. Ella me escucha, es de las dos o tres personas en este mundo que saben cuando tomarme en serio y cuando tomarme a broma. Tiene en cuenta mis opiniones, es muy sincera, sobretodo en este aspecto y le importa tres narices lo que dicen y hacen los demás, ella es ella y ya está. Es interesante y muy observadora... podría seguir y seguir y seguir todo el día.
Esta chica es puro Londres, es la verdadera dueña de la ciudad. Un espíritu libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario