21/9/09

De viaje

Todo preparado para ausentarme casi un mes, sí, mis viajes. Comienzan las clases, pero soy de los que piensan que a la facultad hay que darle la importancia que realmente tiene: bastante poca, sobretodo en comparación con lo que me espera durante todo este tiempo. Me espera mi vida, todas esas cosas extraordinarias que me hacen soportar el resto y que merecen la pena ser recordadas. Cada uno visita una ciudad a su manera, depende más de la persona que del lugar que aquello sea una mierda o sensacional, mi forma de viajar es suicida, me pongo a mí mismo en la peor condición posible para ver si soy capaz de salir de ahí. No sé por qué me trato así, supongo que esas experiencias son mi vacuna contra la vida, puede pasar de todo, puedo acabar debajo de un puente y si eso ocurre podré decir: ''ya he estado aquí, ya sé lo que tengo que hacer ahora''. Por un lado es esa especie de entrenamiento para facilitarme la estancia en los extremos más jodidos y aprender la forma más rápida y fácil de salir de ellos de antemano y por otro es la forma de persuadirme de caminar en esa dirección, pasar por esas experiencias me hace poner más empeño en evitar que se repitan. Todo esto no desmerece al viaje ni al lugar en sí mismos, es una cosa más que ocurre allí. Para mí todo esto es como hacer el amor con la ciudad, te da a conocer sus partes más íntimas, sus secretos, sus momentos más tristes y más verdaderos, al final sirve para conocer la ciudad como solo deja conocerse a los que son de allí. Sientes su pulso, reconoces su aroma, su estilo se te graba en la mente y comprendes la cultura y la forma de actuar de los que te rodean, comprendes la ciudad a un nivel distinto y es una sensación que te domina hasta el punto de hacerte sentir en sus calles como en tu hogar. Es cierto que para una persona como yo, que necesita tener una fuente segura y cercana de agua (polidipsia, se debe a la diabetes), el camino suele llenarse de paradas que lo cortan de alguna forma, aunque acostumbré mi cuerpo a no beber agua durante un par de días seguidos. También suelo prescindir de la comida para gastar mi dinero en otras cosas, después de las dos primeras comidas que te saltas tu estómago deja de ladrar y no sientes la necesidad de comer nada durante días. Lo ideal es andar durante toda la noche y tirarse a dormir al amanecer en un parque para despertarse a la hora de la comida, aunque el cansancio te puede algunas noches en las que necesitas desconectar como sea... digamos que voy a tener tiempo de sobra para perfeccionar la técnica.

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