3/9/09

Agobiante observación de uno mismo

Cuando la belleza de algo que está pasando ante mis ojos sobrepasa todas las expectativas que me había creado al respecto, mi reacción natural es llorar. Aquí una lista de todo lo que me ha causado tal impacto:

- Hey Jude
- Los Cuatrocientos Golpes
- Federico García Lorca
- El fútbol de Zidane
- Kaddish, de Allen Ginsberg
- Annie Hall
- Apolo y Dafne, de Bernini

Antes creía que era perfeccionismo o que me exigía tal y cual, pero no es nada de eso. Me trato a patadas, me pongo barreras, me creo mis propias limitaciones mucho más cerca de donde están en realidad volviéndome aún más mediocre. Los días son una lucha continua por suprimir esa parte de mí que me contiene, que me encarcela, que me frena, que me censura, que no deja de emitir juicios negativos sobre todo lo que hago, que destroza mis ilusiones. Supongo que tengo algo en contra mía, lo bueno es que cada día remite un poco más, se hace más y más pequeño, pero en días especiales aflora en toda su gloria y me deja totalmente fuera.



Es una gran versión, con el escenario decorado como un velatorio, como una premonición. Kurt Cobain fue encontrado muerto a los pocos meses de grabar el Unplugged y sus gritos al final de esta canción, la última del Unplugged, cobraron un sentido espectral tras su muerte. Aunque la canción que más me gusta de Nirvana es esta:



Y me despido diciendo que ojalá fuera negro... no tendría que estudiar ni que trabajar y además la tendría como un podenco y eso, quieras que no, siempre ayuda porque es en las distancias cortas cuando una colonia de hombres se la juega.

No hay comentarios: