4/9/09

Muy de noche

- Los perdedores me atraen siempre. No aguanto a esos tíos que llegan aquí, te tiran los doscientos dólares y se sacan un pollón enorme y lo pasean por todo el apartamento.
- Bueno, yo no podría hacer eso aunque quisiera.

Ella me dijo que no tenía voz para cantar, que era algo que solo hacía en presencia de pocos testigos o en la ducha. Quiso llevarme a otro lugar y, tal y como me lo pintó, me puso en la situación más violenta para mí de todas. Dijo que me presentaría a todos los de allí y que quería presumir de mí... todo aquello me dió escalofríos. ¿Cómo va a presumir una persona de lo que es o de lo que tiene otra? ¿Y cómo va a presumir nadie de mí? La principal razón por la que yo no presumo de mí es que ni tengo ni soy nada que sea presumible o que merezca la pena para algo así y no me gusta que la gente lo haga, me gusta que me traten con dignidad, como a una persona, no como a uno que sabe hacer algo, no me gustan las etiquetas. Además, ¿qué se supone que iba a ocurrir cuando yo llegara allí? Iba a deslumbrarlos a todos con mi... ¿qué? Me sentí como si se esperara algo de mí, que hiciera algo... me sentía encarcelado en una especie de exhibición donde todos los focos me apuntaban, forzándome a hacer Dios sabe qué. No me sentía capacitado para improvisar, eso solo funciona cuando estás cómodo y la situación venía dada de una forma muy incómoda. Estaba nervioso, temeroso, me iba a dar algo, nunca había soportado tanta presión... aún tiemblo al recordar aquello. También me sentí como si fuera un perro que se han comprado y que llevan a sus parientes para que lo conozcan, todos me miraban a la vez, en plan: ''a ver, a ver, que parece que va a hacer algo'', pero en menor medida. Eso unido a un par de historias me hicieron incapaz de soportar todo aquello sin gritar. Pero da igual, ella no tenía voz para cantar y en todo aquel tiempo creí que jamás la escucharía... hasta que cantó. Un día tarareó algo que se me quedó grabado. Significó mucho para mí, aquello me hizo ver lo cómoda que estaba conmigo. Su voz dejaba ver su fragilidad al descubierto, cantar era bajar su barrera y eso es algo que no suele hacer, dejó ver su alma, vulnerable y elegante, fue uno de esos momentos. No sabía qué hacer con todo eso hasta hoy.

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