14/9/10

Para aquellos que no están en venta

La mezquindad es aquello con lo que los pobres mentales hacen frente a la inteligencia. Ser mequino, aún elaborando un plan increíblemente sofisticado, revela poca inteligencia, ya que de tenerla la hubieran utilizado y se hubieran ahorrado hacer muchas tonterías. A veces la persona inteligente cae en la mezquindad por culpa de la inseguridad. Todo el mundo se siente inseguro alguna vez y comete el error de impedir o simplemente no informar o no ayudar a otra persona a ser más feliz o a mejorar sus condiciones de vida. Lo hemos visto alguna vez: nosotros podríamos hacer algo que apenas nos supondría esfuerzo o tiempo y ayudaría a otra persona y no lo hacemos, bien porque esa otra persona no se enteraría de que hemos sido nosotros o bien porque de enterarse no nos lo agradecería... o vete tú a saber por qué, el caso es que dejamos pasar la oportunidad como si la cosa no fuera con nosotros, en un acto egoísta. Ahí reconozco la inseguridad por encima de cualquier otra cosa y todos sabemos que es lo que nos hace sentirnos mejor de todas las opciones posibles en esa situación.

Me gusta avanzar cada día y mejorar en todos los aspectos teniendo claro que por encima del profesional o del artístico está el personal, ya que el final de los primeros no conlleva el final del último y el final de este último si que pone fin a todo (es lo que tiene la muerte). De ahí que no pase por ningún tipo de aro en lo personal para acceder a un nivel superior en lo profesional. No me gustaría que mi epitafio fuera una referencia a mi profesión ni a nada por el estilo, preferiría que pusiera que fui una buena persona y que no lo pusiera por cortesía, me gustaría ganarme eso. En muchas tumbas de infieles están escritas las palabras ''buen marido'' y cosas así, prefiero que lo que se ponga en mi tumba sea cierto... y lo cierto es que he aprendido que no hay nada en esta vida como la honestidad más absoluta. Si bien los ateos pasan de la Iglesia, todos están de acuerdo en que Jesucristo es un ejemplo a seguir por los valores que transmitía. Es decir, no hace falta creer ni siquiera en su existencia para darse cuenta de que es como tendríamos que ser todos. Supongo que es una buena noticia que cada vez comprenda menos por qué el negado sinvergüenza maquiavélico tiene más oportunidades de vivir sin penurias que el humilde sincero que se dedica a echar una mano siempre que puede y sinceramente pienso que por observar que unos ''triunfan'' más que los otros haya que pasarse al lado de los interesados, no hay nada que me dé más asco en esta vida que una persona interesada. No creo en tomar partido posicionándome junto a los que se dedican a zancadillear y a hacer planes sobre cómo llegar hasta arriba derribando a los de tu alrededor... prefiero ser yo mismo, ser libre, no encarcelarme en esquemas mentales que no llevan a ningún lado, solo al conflicto con uno mismo. No creo en dividirme y ser de una forma de puertas para adentro y de otra en lo laboral por ejemplo, eso es hipocresía. Nadie deja de ser uno mismo cuando se pone a realizar cualquier tipo de actividad; la sociedad actual ha desarrollado un concepto parecido al de piloto automático a la hora de ejecutar su profesión: se distancian, lo observan todo con frialdad científica y no dejan que sus sentimientos se mezclen con la situación. Es una forma de sobrellevar la vida y no traerte problemas a casa, pero tampoco lo veo como algo que haya que aprender. No creo en conectar y desconectar del trabajo a casa y de casa al trabajo, pienso que esta forma de enfrentarse al día a día será superada igual que la creencia/certeza de que siendo un cabrón te manejas mejor en la vida. A fin de cuentas y como dicen, resistir ES vencer y además hay que ser condenadamente optimista (comprendido el optimisto no como vivir risueño a un palmo de la realidad, sino como saber afrontar la adversidad). Yo no estoy en venta.

No hay comentarios: