Ahora vamos con los que se lo toman más en serio, los que no se quedan solo en decir con la boca pequeña que la cosa no es más que un hobby. La gente que está loca, que tiene fiebre o la gente que, simplemente, ve un plano o una escena o un fotograma y siente algo muy parecido al amor (o a un orgasmo, depende de la escena y de la película). Esta gente se lo toma más en serio porque puede tomárselo más en serio, porque cuentan con medios más profesionales, con el apoyo de amigos competentes y que tienen una buena idea de la que están enamorados profundamente. No es cualquier idea, no vale cualquier idea... si hicieran cortos como churros es que lo harían más por cachondeo que por pensar que pueden hacer algo grande. Y así es como nacen los Koldos Serras, los Vigalondos... así es como nacen los que nacen.
Yo, por mi parte, no puedo compararme con nadie porque me retiro voluntariamente de cualquier pelea. Yo no quiero hacer algo que te guste a ti, quiero hacer algo que me guste a mí, que me convenza, que me haga sentirme orgulloso. Quizá hayas oído mi verdadero nombre entre los ganadores de algún festival de cortometrajes este año, o el pasado, o el anterior... nunca se sabrá. A día de hoy, tengo una idea que me parece buena, medios más sofisticados, una gran ciudad y mi propia Anna Karina. A día de hoy tengo algo que decir y puedo decirlo, algo que me provoca curiosidad, expectación, nerviosismo y alegría. Estoy inquieto como el típico niño pequeño en la típica tienda de golosinas. Quiero probarme a mí mismo con algo que esta vez va más en serio, quiero ver si valgo o no. Ahora yo tendré la culpa de que salga mal y eso me gusta porque marcará un antes y un después en mi forma de ver todo esto.
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