13/6/07

Corto de Café... Largo de Cojones

Aviso: este blog aboga por condenas de prisión preventiva para los que llaman ''novelas'' a los culebrones.

Sing us a song, you're the piano man... pues aquí me tenéis una vez más, utilizando el teclado como piano para tocaros esa melodía triste y dulce que es la vida. Cuando me piden mi opinión sobre los cortometrajes yo no me corto un pelo (perdón por el juego de palabras malo... el otro día derramaron agua sobre el pan y alguien dijo: ''el pan está-hablando''... supongo que he tenido que devolver tan estulta muestra de ingenio) al decir que los cortos son de vital importancia por ser billetes que llevan al que duerme de noche y sueña de día con aquello de decir ''acción'' desde la más bendita de las miserias anónimas al mundo de las pantallas grandes (y aquí esperaréis que haga otro chiste relacionado con que me corro en rollos de celuloide y luego los pongo en nosedónde... pero no caerá esa breva, señores). Un cortometraje es importantísimo ya que es el trampolín que conduce hoy día a los noveles a su ópera prima de más de un cuarto de hora. Habrá quien, leyendo estas líneas, pensará que no le doy demasiada importancia a los cortos, por eso haré la siguiente aclaración: para mí un cortometraje también es un esfuerzo intelectual titánico, una respetable obra de arte, una unidad... lo que me pasa es que no le doy tanta importancia a un corto como a un largo y, ahí, críticos, detractores y putas que se precien, tendréis que darme la razón.

Teleología. El corto, hoy día, es la tarjeta de presentación que hace que el cineasta se gane el respeto y la confianza de algún productor. El corto es tratado como un medio en lugar de como un fin en sí mismo por todo el mundo menos por el que lo firmó (y filmó. Esta es una aclaración echa para nuestro público asiático hispanoparlante. Konnichiwa a todos). Cuando pierdes el norte es cuando encuentras tu sitio. En los buenos cortometrajes se da que su autor, a la hora de realizarlo, pierde de vista que lo que quiere es llegar a hacer largos. Es absorbido por el corto, se centra únicamente en él, no habiendo más sueño que la realidad que tiene presente: su cortometraje. Es como si le fueran a dar 11 Oscars solo por terminarlo. Ahí está la clave: el artista se deja el alma en su obra. Luego, sea buena o mala, no se podrá decir que no lo dio todo en ella. A veces el rodaje (de corto o de largo) es un sufrimiento, es un desgaste... parece que se te va una parte de ti que jamás volverá. Una parte importante de ti, una parte muy grande (los cineastas gordos pierden entre 6 y 12 kilos, por no hablar de sus pequeños problemas sexuales). Luego, si tu trabajo es satisfactorio y no sientes vergüenza propia y ajena al mostrarlo a la gente, te iniciarás en el circuito correspondiente para obtener el reconocimiento que crees que te mereces. He hablado.

2 comentarios:

Jandro dijo...

Los cortometrajes, como dije en mi texto "El deseo de ser cineasta" deberían tener más atención por parte de los productores...

Pero bueno, a la mayoría de los productores sólo les interesan los beneficios y qué más da si uno hace buenas o malas obras de arte... con tal de llenarse los bolsillos...

Jaja

Muy buenos los 3 artículos que has publicados recientemente, y por cierto, pronto podréis ver un pequeño teaser de Horror sesion (tan sólo para que vaya sonando el nombre...)

Saludos

Anónimo dijo...

Para empezar, no soy ninguna experta en estos temas, pero como expectadora creo que puedo participar con alguna opinión. Para mí, los cortos son como pinturas hechas con acuarela y los largos, como cuadros pintados al óleo. Igual he dicho "guan" idiotez ( que seguro que sí), pero así es como lo siento. Total, como estoy loca, pues que más da...¿no?...;-))
PD: Por cierto, ayer vi un corto que me gustó mucho, pero no me acuerdo como se llama, me pareció simplemente genial. ( si consigo acordarme del título, vengo y te lo digo)