28/9/07

Beatlemanía

La Historia y los sabihondos los han encumbrado, solo genios como Mozart, pocos y de aquella época, están por encima del cuarteto de Liverpool. Servidor, harto de aquellos que creen que el juicio de valor que realizan es universal y va a misa, se empapó de Beatles. La discografía oficial, la no oficial, los caminos que tomaron por separado, libros dedicados, biografías autorizadas y no autorizadas, fotos raras, entrevistas, actuaciones en vivo... puede decirse que he consumido todo lo que ha caído en mis manos y, si nos acordamos de que internet existe, también puede decirse que no ha sido poco. Y no ha sido algo que haya empezado ahora, es un proceso lento, de esos que están en el fondo del día a día, que empezó hace años y que supongo que no terminará nunca. Mi ''estudio'' fue inconsciente y mi respuesta es clara: no he escuchado nada mejor, a mí también me parecen los más grandes. Me empapé de su entorno, comienzos, influencias, músicos a los que idolatraban, músicos con los que compartieron tiempo en activo... puedo decir que no se me han escapado demasiadas cosas. Celebré el 40 aniversario del Sgt Pepper's poniendo el disco una y otra vez y escuchando las versiones con diferentes grupos en los aniversarios anteriores y lo que se han sacado de la manga con motivo de este cumpleaños:


La conclusión que saco, aparte de que la música es vital y necesaria, es que las circunstancias pueden poner y quitar méritos cuando quieran. Los Beatles no eran dos genios y dos músicos, como suelen decir los que se las dan de entendidos. Lennon era un chico que vivió una serie de graves traumas en su infancia que lo llevaron al consumo de drogas y a la expresión artística como medio de catársis. McCartney, el de las baladas según los etiquetadores de tercera, siempre fue el ambicioso, el que tenía inquietudes en hacer algo grande. A la muerte del quinto Beatle, Brian Epstein, el manager del grupo hasta el 67, Paul tomó el mando y se convirtió en algo parecido a una figura paterna. Lennon, que no estaba acostumbrado a tener padre, se refugiaba en alguien que encajaba perfectamente en los esquemas que se le habían impuesto desde pequeño como figura materna: Yoko Ono, siendo ella la típica madre posesiva y mandona que controlaba a un revoltoso John reconvertido al pacifismo después de maltratar (psicológicamente) a su primera mujer, Cinthia. La influencia que tuvo Yoko sobre él fue demasiado grande como para que se recuperara del batacazo, aunque dejó grandes perlas (Across the Universe, I'm Losing You, God...). Por su parte, McCartney demostró que era el verdadero genio de los Beatles, pariendo la mayoría de canciones de los cinco o seis últimos discos, todas increíbles. La muerte de Lennon hizo que la gente lo ensalzara por encima de un Paul descrito como tacaño y arisco (aunque fue el primero en hacer pública la separación de los Beatles, no en tomar la decisión, la ruptura le hizo caer en una depresión que le llevó al consumo excesivo de drogas duras). Quizá el mundo se dé cuenta de que McCartney era el más grande de los cuatro cuando se muera (hay quien aún sostiene que lleva muerto desde los 60 y los Beatles se aprovecharon de aquellos rumores para vender más discos y reírse un rato), aunque de momento no tenga intención, como demuestra en su último disco, Memory Almost Full. Lennon se lo reconoció a Yoko en su momento. Algunas veces se despertaba en mitad de la noche y le preguntaba al amor de su vida que por qué el resto de músicos versionaban canciones de los Beatles de Paul y no suyas. También es cierto que John Lennon era el más experimental y tenía un estilo muy propio, quizá demasiado como para que nadie se atreviera con sus temas. De todos modos eso daba a entender, entre otras cosas, que aquello de Lennon/McCartney en las letras tenía poco sentido desde mediados de los 60.
Harrison y Ringo. George fue el verdadero revolucionario, el del sitar en la mano, el que podía hablar de tú a tú con Clapton con la boca y con la guitarra. Elvis y Sinatra coincidieron en que Something, compuesta por Harrison, era la mejor canción de amor jamás hecha, la preferida de Lennon de todo el Abbey Road y una de las más versionadas. Ringo no sobresalió demasiado nunca. Estaba por detrás del resto, pero siempre fue un gran batería, como demuestra en Rain o en The End. Una vez leí que Harrison contestó así a qué hubiera ocurrido si los Beatles no se hubieran separado nunca: ''escucha lo que hemos hecho cada uno por separado y ponlo todo en el mismo sitio, ahí lo tienes''. Me pareció algo muy triste, cuanto más lo pensaba, más pena sentía porque más sentía que George Harrison tenía razón. La última etapa del grupo era exactamente eso: cuatro músicos que grababan sus ideas y las juntaban en un disco. Ya no había apenas colaboración a la hora de componer, aunque a la hora de tocar se llamaban los unos a los otros. Incluso después de la ruptura. Supongo que no nos perdimos nada de los Beatles, lo siguieron siendo hasta el final.

No hay comentarios: