25/6/09

Quiero...

Aviso: se acabaron los rumores, no tengo un pollón. Ya está, ya lo he dicho. ¿Contentos?



Quiero ser vagabundo en el extranjero, en un lugar en el que todo el mundo hable un idioma que desconozco. París sería la ciudad perfecta para vagabundear solo. Sí, creo que no hay mejor forma de ver París que ser su vagabundo, es la mejor manera de reflejar lo que siento por esa ciudad... y París sería mi acompañante en el viaje, los demás estorbarían. A solas con París, escondido entre sus calles, creo que es lo que tengo que hacer para aprender la lección que siento que esa ciudad va a enseñarme sobre mí mismo. La gente puede ir allí, puede verla, puede patear el Barrio Latino, puede subir la Torre Eiffel (no siento que tenga que subir la Torre Eiffel), puede entrar en el Louvre (no siento que tenga que entrar en el Louvre), pueden exprimir la ciudad con todos los recursos de su imaginación, pero siempre hablaremos de ciudades distintas. Una ciudad es la visión que tiene cada uno de ella y yo a París no voy a ir a hacer cosas turísticas, nunca me han llamado la atención, ni a hacer algo por o para los demás. Siento que tengo algo que aprender de mí que solo puedo enseñarme allí y viajando de esa forma. Libreta, boli, mapa y 100 pavos (dan para semanas) aparte del billete de avión con la vuelta abierta, para tener la total libertad en mi cabeza de no iniciar esas absurdas cuentas atrás de los viajes, quedan nosecuántos días para volver… no queda ningún día, queda toda la vida. Hasta que se me gaste el dinero y, cuando se me gaste, seguiré vagabundeando hasta que sienta que he aprendido la lección, hasta que su estilo se haya quedado en mi mente y sienta que sea hora de volver a casa. He estado remoloneando con respecto a este viaje porque supone un reto bastante jodido y no me sentía capaz aún, pero este año en mi época de viajes (octubre-noviembre) lo haré. Es la única forma de avanzar y si lo que me espera allí es la muerte tranquilos, se os pasará.

Quiero que aparezca un candidato a presidente del gobierno cuyo programa incluya eliminar los partidos políticos, al menos tal y como los conocemos (entidades empresariales con ideología propia e inamovible a la que se someten sus trabajadores, incluidos sus máximos representantes), o flexibilizarlos hasta convertirlos en algo civilizado que refleje la época en la que vivimos, donde un candidato ha de presentar una ideología propia, despegada de los cuadriculados esquemas que ofrecen los partidos y la superada ideología de opción derecha y opción izquierda y sus anecdóticas variantes. Que pretenda derogar la Constitución (está obsoleta) y crear una nueva según las proposiciones de la ciudadanía por internet, aprovechando así el salto que los avances tecnológicos han dado y que han dejado al sistema de representación un tanto trasnochado y que, para asegurarse de que no se produce fraude electoral, se declarará el sufragio universal PÚBLICO, acabando con el anacronismo del voto secreto, contrario a la libertad y vástago de un miedo, de un proteccionismo y de un afán por esconder un aspecto que nos afecta a todos que aún arrastramos debido a que, a día de hoy, sigue discriminándose a alguien por haber votado a tal o a cual. Esa discriminación será perseguida penalmente, ya que es equiparable a la discriminación sexual o de cualquier otro aspecto íntimo de la personalidad. Así se acabará de paso con los empleos envenenados: la tendencia política no será decisiva ni prioritaria a la hora de ser seleccionado para un empleo, como tampoco lo es la raza o el sexo. Que este candidato proponga un sistema de referéndums mensuales para que los ciudadanos puedan aprobar o rechazar todos los puntos de la constitución que tanto ellos como el parlamento como el gobierno como la oposición irán proponiendo y después referéndums mensuales para que los ciudadanos aprueben o rechacen propuestas de las Cortes, del gobierno, de la oposición o de los propios ciudadanos para todos aquellos aspectos que afecten o vinculen directamente a estos últimos. Los referéndums se harán votando por internet, algo cómodo, sencillo y que no quita nada de tiempo. Su seguridad estará garantizada (los votos serán públicos, todos tendrán acceso a las listas de votantes, evitando así irregularidades). Ahora, gracias al avance tecnológico, todo esto es posible. Todo esto es mucho más legítimo. Todo esto es el futuro. Todo para el pueblo, pero con el pueblo, por fin. ¿Y voy a tener que hacer todo esto yo también? No, esto sí que no, me niego a entrar en política. Además, ¿quién narices os habéis creído que soy? ¿Jesucristo? Maldito país de vagos… yo me voy a Francia.

Quiero que se me vaya de la cabeza la nueva canción de Efecto Mariposa, me ataca hasta en sueños.

Quiero decir que adoro esta ciudad, que aunque me sienta limitado por sus pocas posibilidades creo que no es un callejón sin salida a ningún nivel, ni siquiera a nivel intelectual. Hay que saber buscar su belleza, acorralada, en rincones que te sorprenden y se te clavan hasta hacerte ver que no hay nada como el hogar. Sí, esta es mi casa.

Los dos Javieres

El otro día me encontré con mi mejor amigo de la infancia. Javi apenas había cambiado y llevábamos más de cinco años sin vernos en absoluto, como si hubiéramos vivido a miles de kms el uno del otro. Me gustó ver que, aún habiendo perdido el contacto de esa forma, todo seguía exactamente igual: yo era el niño que tenía demasiada imaginación, siempre encontrando formas de escaparme del colegio y callejear (estoy hablando de 1º a 5º de primaria), robando cosas solo por la aventura de hacerlo, entrando en las clases cuando no se podía… digamos que siempre he sido un sabelotodo que ha buscado la confrontación directa con sus profesores porque siempre los he despreciado por apuntar a algo tan bajo en la vida como es ser profesor, eso era lo que creía. Bueno, por eso y por cachondearme de ellos un rato. Javi entendía mejor que ninguno mis ganas de hacer locuras, él era el líder carismático que encandilaba a todos y a todas y su imaginación y sus ganas de vivir eran iguales. Aquello era algo que los dos necesitábamos, no podíamos parar quietos y por eso nos convertimos en amigos desde que nos conocimos, aún lo recuerdo y es extraño que recuerde algo tan temprano. Luego la cosa cambió según pasaron los años, Javi empezó a juntarse con los más macarras y yo renegué del resto de la pandilla para quedarme solo en los recreos. Mis amigos y mis profesores venían hasta donde yo me encontraba sentado observándolo todo o simplemente abstraído en el recreo y me decían ‘‘¿qué te pasa?’’ y me invitaban a jugar con ellos, pero yo les contestaba que no me apetecía, que quería estar solo y se iban. Quizá era porque me aburrían aquellos juegos y lo que quería era hacer algo de verdad, también me pasa ahora, cuando les digo a mis amigos alguna locura que se me ha pasado por la cabeza que podríamos hacer y ellos me dicen que es un suicidio o que sus padres les matan o que hay que estar jodidísimo para hacer eso. Menos mal que he ido dando con gente tan loca como yo, con la que he vivido verdaderas experiencias. Pero el caso es que Javi y yo nos seguíamos tratando aunque nos hubieran cambiado de clase (en aquella época estar en la misma clase era importantísimo), pero no era igual. La última conversación que tuvimos fue en 6º de primaria. Me dijo que si podíamos hablar a solas un recreo, nos fuimos a un rincón del patio y allí se puso a llorar. A él no le gustaba que aquellos macarras le presionaran para que estuviera en su grupo y los profesores estaban pensando en Javi como en otro caso perdido en lugar del niño con muchas ideas, vitalidad, fuerza imaginación y alegría que era. Recuerdo que le di un pañuelo, se limpió (nadie podía enterarse de que Javi había estado llorando), me dijo que era un verdadero amigo y a las pocas semanas se acabó el colegio y cada uno se fue a un instituto distinto… y desde entonces solo nos veíamos de pasada, por la calle, parábamos un rato a hablar y seguíamos nuestro camino. Siempre he querido a Javi, lo he adorado y me gustó mucho ver que me hablaba con el cariño de quien siente lo mismo el otro día. Sé que si tuviéramos un problema podríamos acudir con total confianza al otro a pesar del poco contacto de todos estos años y nos haríamos cualquier favor desinteresadamente. Ese chico es la persona más noble y leal con la que me he encontrado nunca y la amistad con él era como esa amistad ideal verdadera en la que la sinceridad es lo primero y en la que decides algo teniendo siempre en cuenta al otro, sin defraudarle nunca y sin pararte a pensar en ti mismo… es lo que recuerdo de aquellos años. Siempre he dicho que, si tengo un hijo, su nombre será Javier.

Y otro Javi, al que conozco desde hace dos años como mucho y me encanta hablar con él, aunque nos vemos muy poco. Tiene mucha inteligencia, pero su cultura es mucho más grande y atractiva, es genial. Reconoce que no controla demasiado de cine y música, aunque tiene muy buenos gustos… que no sepa de esas cosas es algo que me da igual, para hablar de esos temas ya tengo a mil personas. Este tío controla perfectamente la literatura, la política y, sobretodo, la historia. Él cree que sé más de literatura que él… bueno, él cree que yo sé muchísimo sobre todos los temas del mundo, pero lo que más nos gusta al uno del otro es lo que hacemos con todos esos conocimientos. Podríamos limitarnos a ser Wikipedias parlantes, pero nada de eso, somos gente que le da mil vueltas a las cosas, que opinan, tenemos ideas propias y las mentes bien abiertas. Todo esto empezó cuando nos conocimos: entonces Javi era poco flexible en ese sentido y Pedro, que había empezado a salir con nosotros a ver actuaciones en el López de Ayala, también era poco flexible… pero en nuestras veladas memorables, nosotros 3 hablando mientras escuchábamos a músicos tocando jazz en directo a nuestro lado en el ambiente de penumbra y alcohol del COC (sí, en esta ciudad también se pueden hacer cosas así), nos cuestionábamos cosas los unos a los otros y nos abríamos la mente a base de plantearnos los temas desde diversos puntos de vista, siempre escuchando lo que cada uno tenía que decir, haciéndonos cambiar de opinión con nuestros argumentos y eso denota inteligencia, ya que quedarse encerrado en tu teoría y escuchar las demás pensando que tu teoría es tu teoría es un error, puede que haya alguien que sepa más que tú o que tenga una idea mejor que la tuya, de hecho suele haber mucha gente así, lo mejor es escuchar a todo el mundo, aprender de todos, dudar siempre y al final llegar a conclusiones a partir de toda la información que has ido recibiendo. Nos hemos enriquecido cada vez que hemos quedado los 3 para hablar tranquilamente, a día de hoy es increíble contar con personas así y Javi es una de ellas. Observándonos nos dimos cuenta de que anclarse en algo no funciona, que tienes que estar cambiando continuamente, que traicionarse a uno mismo y a tus propias creencias es evolucionar, es ir a mejor y el día que no lo estás haciendo, estás empeorando. Sí, Javi y Pedro son personas muy inteligentes, muy interesantes y me valoran tanto como yo a ellos en ese sentido, me gusta.

¿De dónde saco mi canción?

Lo nuevo de Wilco...



...es lo antiguo de Dylan...



...¿por partida doble? Para mí la canción más hermosa del mundo:



Aunque la canción más hermosa del mundo...



...heredó los acordes de una canción aún más hermosa:

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