13/7/09

What happened

Conversación:
-Polanco: las semillas son como estas.
-Cs: ¿te has gastado el pastizal en estas mierdecinas?
-Polanco: acho, pero que esto luego crece.
-Ch: eso se lo dirás a todas.
(Risas)
-Polanco: estas cosas se convierten luego en plantas bastante grandes.
-Cs: no vas a ser capaz de sacar esto adelante.
-Polanco: claro que voy a ser capaz.
-Cs: te digo yo que no.
-Ch: todo el día hablando de drogas. Las drogas no están para hablar de ellas, están para metérselas o fumarlas. Os comportáis como niñatos pequeños excitados ante una novedad solo por la cosa de que están prohibidas: las drogas molan porque mamá dice que son caca. Convertís un medio en un fin, las drogas no son un objetivo, son algo que te ayuda a alcanzar un objetivo y mientras las fumas hablas de cosas importantes, no de eso... pero ya es que sois monotemáticos.


Hoy vengo con las manos ennegrecidas de lugares donde todo el mundo va a hacer el amor o algo así. Hoy les oigo decir ''no te vayas'', pero nunca es a mí. Hoy soñé que aquella chica se compraba un Calipo para chuparlo mientras le hablaba y así hacerme tartamudear y olvidar lo que estaba diciendo, le gustaba saber que podía ponerme así de nervioso. Hoy estamos bailando lentamente en una habitación en llamas:




Después de The Citadel Tapes nº1, César me pidió que le acompañara a Sevilla a entregar un proyecto que le publicarán en una revista de arquitectura y yo le contesté: voy contigo, pero podríamos hacer la mítica de quedarnos unos cuantos días allí en tu piso con las guitarras totalmente encerrados. Pillamos inspiración, las guitarras, algo de ropa y nos quedamos encerrados con las persianas bajadas durante 4 ó 5 días sin movernos de allí ni hacer otra cosa que tocar y escuchar lo que hemos hecho, en plan intensivo. Trazando el plan le dijimos a Eric que se viniera para plantarnos en Chiclana, nos quedaríamos a dormir en la caravana de una amiga de César que nos invitó en su día y todo saldría bastante barato. Además, Manu, Alvaradas, Sergial, etc estarían también por allí, podíamos quedar. Al final las sesiones en Sevilla solo duraron un día, suficiente como para conseguir algo tan precioso que si la Venus del Espejo escuchara las grabaciones se vería obligada a suicidarse. Al día siguiente recogimos a Eric en la estación de bus y fuimos a Chiclana, nos asentamos por allí y salimos aquella noche a un sitio cualquiera de los mil que se estaban barajando: alguna playa de Conil, salir por Cádiz... y se desata la locura. Hasta que no ocurrió aquello no me di cuenta de que había vuelto a crear algo que ya escapaba a mi control, si bien todo eso no es solo cosa mía, cada uno le ha ido dando algo: hace más de un año César dijo que la persona con el acento más pacense cerrado que conocía era yo y entonces, para exagerar la reacción, solté un ‘‘¿cómooo?’’ imitando el acento pacense más cerrado posible y el tiparraco se puso a llorar de la risa. Aquello fue mezclándose y derivando hasta el momento en el que fui consciente: nos encontramos a Manu, Sergieras, Alvaradas, etc de frente y sin quedar con ellos, pura coincidencia. Lo primero que solté al verlos allí fue la clásica expresión de nuestro acento forzadísimo ‘‘¡¿que quéeee?!’’ y entonces César y Eric empezaron a decirlo también, pero sin poder parar de decirlo y cada vez más alto. Estos escucharon a lo lejos a gente diciendo ‘‘¡¿que quéeee?!’’ de esa forma inconfundible y empezaron todos a decir ‘‘¡¿que quéeee?!’’ ‘‘¡¿que quéeee?!’’ ‘‘¡¿que quéeee?!’’ mientras nos mirábamos a la cara. Me reí muchísimo, aquello parecía un gallinero cacareando, nadie decía otra cosa y nos quedamos entallados así un buen rato mientras flipábamos por la coincidencia. Alvaradas me contó después que llevaban dos días sin parar de decir ‘‘¡¿que quéeee?!’’ a todo y que al escucharlo tal cual desde la otra punta de la playa se habían quedado en plan: ‘‘¡¿que están diciendo que quéeee?! ¡¿que quéeee?!’’ Fue impensable. A partir de ahí, todo ha sido un retiro apoteósico del que solo tengo buenas palabras: las calas gaditanas son brutales y me las he recorrido de costa a costa, guitarra al hombro y amigos con sustancias que me hacían quererles aún más. No hay pegas que ponerle a aquello porque vivir en Martesia te hace estar acostumbrado a las esculturas griegas violentas con pantalones de servilleta y media neurona. En este viaje me he sentido más libre que en ningún otro y eso es algo importantísimo, ha sido cosa de la compañía y del lugar. Y la canción del viaje fue Albion, puesta a todo volumen mientras cruzábamos las marabuntas canis. Albion es una canción compuesta por Pete Doherty, lo mejor que le ha pasado la música en los últimos 10 años, un tipo que somete a todo el que le aprecia a una prueba continua en la que no deja de decepcionarles para ver quién dice la verdad cuando grita que quiere acompañarle hasta el final del camino sea como sea. Albión es el nombre que tenía Inglaterra en tiempos de los romanos y la canción viene a ser una especie de himno, pero mezcla la sátira de su pretensión trascendental con la de las costumbres de sus habitantes. El resultado es mucho mayor que un himno, se ríe de sí mismo y de su país con ironía, pero también transmite el amor a aquel lugar, a sus tradiciones y a sus gentes.



Allá por Albion
van de negro y azul,
pero no hablemos de eso.
¿eres de por aquí?
¿qué tal estás?
Me gustaría hablar de eso.
Hablar de ginebra en tazas de té
y hojas en el césped,
violencia en paradas de bus
y una delgada niña pálida con los ojos abandonados.
Más ginebra en tazas de té
y hojas en el césped,
violencia en las manifestaciones
y una delgada niña pálida detrás de la caseta.

Si estás buscando algo barato
situado en una falsa anticipación,
estaré esperando en la cabina de fotos
en la estación de metro.
Pásate por aquí, por qué no te pasas por aquí,
podríamos ir a Deptford, Catford, Watford, Digberth, Mansfield,
a cualquier lugar de Albión,
a cualquier lugar de Albión...

Amarillos clásicos
y cañones al amanecer,
café Wallahs y cascos coloniales
y una canción inglesa.
Reebok classics
y cañones al amanecer,
terribles señores de la guerra,
buenos señores de la guerra
y una canción inglesa.

Si estás buscando algo barato
sin un brillo sudoroso
hay una cola de cuatro millas
a las afueras de la estación eléctrica abandonada.
Ven, di que vendrás,
iremos a Satsworth, Senford, Weovil, Woomoyle, New Castle.
Si estás buscando algo barato
sin un brillo sudoroso
hay una cola de cinco millas
a las afueras de la estación eléctrica abandonada.
Pásate por aquí, pásate por aquí,
iremos a Bedtown, Oldham, Nunthorpe, Rowlam, Bristol,
a cualquier lugar de Albión,
a cualquier lugar de Albión...

Mirando al mar he comprendido que yo soy escribir y que odiar esto de escribir es un reflejo de odiarme a mí mismo. Después de ir a la deriva durante años sin recordar ni mi propia personalidad, como algunos enfermos de Alzheimer terminal que mueren porque se les olvida cómo respirar, cómo vivir. Se les olvida vivir. La reconciliación conmigo mismo no ha sido fácil en realidad y todavía quedan cabos por atar, pero ahora vuelvo a saber quién soy y qué soy capaz de hacer, algo que no se mide en términos de mucho o poco. Ahora recuerdo que solo soy un niño que ve una aventura en todo. Muchas veces me da por soñar que, antes de nacer, nos dan a elegir entre venir al mundo o quedarse dondequiera que estemos antes. Hoy César se ha dormido en el viaje de vuelta, conduciendo y ha dado un volantazo de infarto. Después de parar a tomar café le he preguntado porqué no nos hemos matado y él me ha dicho que ha sido un auténtico milagro. Un inoportuno milagro, pensaría en otra época, pero vengo de superarme a mí mismo y es una de mis sensaciones favoritas, dejo atrás ‘‘ropas’’ que ya no me están bien, no me siento identificado con ellas, están agotadas, las he utilizado tanto que han perdido el sentido y ahora necesito veinte vidas para poder desarrollar todo lo que tengo en la cabeza.

Janis Joplin es lo mejor que le ha pasado a la humanidad, eso lo sabe todo el mundo: a ella le sienta mejor que a nadie el adjetivo supremo, que no es genial ni perfecto, sino sofisticado. Janis Joplin es la sofisticación hecha persona. Su voz, sus letras... para mí es la única mujer que se mide de tú a tú con los gigantes como Hendrix, Cohen o Lennon.

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