18/8/09

Desperation is the English way



Estuve equivocado mucho tiempo, pensaba en términos de tristeza y felicidad. Creía que la tristeza estaba mal y que tenía que esconderla para no entristecer a los demás. Creía que estaba enfermo y que tenía que mantener todo aquello dentro, en secreto, porque estaba mal sentir todas esas cosas y no quería que nadie se viera salpicado por la negatividad. Me sentía culpable al estar triste porque no tenía razones para estarlo y aquello era frustrante. Pero no es cierto que yo necesite estar triste, lo cierto es que es parte de mí. No todo el mundo puede ni tiene por qué ser alegre o extrovertido, además, la gente así es bastante cargante. No me cambiaría por ninguno de ellos. En otras palabras, yo no vivo en una depresión constante, yo soy la depresión, soy una persona triste y ya no siento que tenga que encontrar la forma de salir de un agujero, he aprendido a aceptar ese aspecto de la personalidad y si sigo ocultándolo es porque es algo bastante privado, no porque me sienta un bicho raro que intenta fingir normalidad, como antes. Lo malo era la frustración que sentía al tener que esconder todo esto, era lo que hacía que me sintiera mal, estar triste no es algo malo que haya que arreglar, no es un problema que haya que solucionar. De ahí que la gente se preocupara tanto cuando me veía así y de ahí que no comprendiera por qué se ponían de esa forma, desde mi perspectiva no era para tanto, la tristeza es LA TRISTEZA, sí, pero sé lidiar con ella, tampoco hay por qué alarmarse. Además, creo que no estoy solo en absoluto al ser así. La inmensa mayoría de personas de mi generación tiene esas sensaciones, todos aquellos a los que se les ha dado todo desde siempre no han llegado a sentir la necesidad de luchar por conseguir algo y la falta de esa lucha por llegar a una meta hace que tampoco haya metas, o metas que valgan la pena en realidad. Tenemos todos los objetivos pensables a nuestro alcance y mientras decidimos cuál es el que queremos el tiempo pasa y cuando queremos darnos cuenta estamos en un lugar vergonzosamente inferior a todas aquellas posibilidades que teníamos al principio y eso asfixia. Quien me conoce sabe que podría haber sido muchas cosas, pero al final no seré nada y para ellos tengo unas palabras: jamás llegué a cumplir mis sueños porque no sentí el empuje necesario para luchar por ellos, jamás sentí la verdadera necesidad de llegar a aquel lugar, era un lugar que adoraba, que me encantaba, pero era un lugar que no necesitaba. Al final todos acabamos en el lugar que necesitamos, que está muy por debajo del lugar que queremos y esa es la causa de esta tristeza sana que tenemos como generación concienciada de su propia falta de hambre. Solo queremos oír que podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, solo luchamos cuando nos dicen que jamás podríamos conseguir algo.


I am an Antichrist. I am an Anarchist. I don't know what I want but I know how to get it...

2 comentarios:

harry reems is the leader dijo...

Con lo de la tristeza estoy de acuerdo a medias (no me alargaré contando por qué sólo a medias).

Pero con lo de alcalzar las metas, con eso que te dicen algunos amigos y familiares de "tú podrías haber llegado a ser más, tú podrías haber llegado a..." has descrito mi puta vida.

No he conseguido ninguna gran meta (tampoco tenía ninguna sólida prefijada, sólo vagas ideas de lo que quería hacer, que me resultaron con el tiempo tan banales como cualquier otras).

Y ahora, que sé que si me esforzara podría conseguirlas, me da igual. Vivo al día, que no a lo loco. Y creo que en muy breve espacio has descrito con gran acierto el porqué.

Zoográfico dijo...

Sin embargo me gustaría que te alargaras con lo de la tristeza a medias, si vuelves a pasar por aquí. Gracias de todas formas por leer y comentar!