30/9/10

Nueva York

Nunca me dejará de extrañar esa forma tan cotidiana que tiene la vida de acercarte a aquello que tienes idealizado y que desde siempre has sentido como parte de quien eres, tu destino. Tengo tiempo suficiente, creo, si no me ando demasiado por las ramas y la ciudad ha transmitido ya a algunos de sus hijos su voluntad de esperarme. Ahora que me esperan comprendo que hay vínculos fortuitos, involuntarios, lazos que te atan a cosas en las que no has pensado o que directamente no te gustan. Nueva York es la ciudad que elegiría de entre todas para ser la mía, por tanto, es mi ciudad... pero no la quiero por eso sino porque, aunque me dedicara a vivir mi vida aparte y no me gustara en absoluto esa ciudad, acabaría en ella de todas formas. Todos conocemos esas formas que tiene la vida de hacer que los caminos se crucen, cuando te paras a pensarlo siempre suponen menos esfuerzo del que imaginaste, nunca son el pico inexcalable que coronarás cuando seas otro tú, es todo más cercano a tu hoy y hoy me apetece un sandwich de pastrami farinato.

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